La búsqueda de la libertad debe ser un imperativo en la vida de cada persona.
¿Por qué?
Prácticamente a cada instante de nuestra existencia le corresponde una decisión. Pasamos nuestra vida decidiendo, y decidiendo nuestra vida.
Nuestra historia, la de cada uno, es fruto de cada una de esas decisiones. Y también la historia de las personas que nos rodean lo es, incluso en algunos casos, la de gente que ni conocemos, que también se ve influida por nuestras tomas de posición, y las sufren.
Por tanto, es una obligación moral intentar alcanzar la libertad.
Pero ¿por qué?.
Porque la forma práctica de utilizar la libertad es eligiendo entre dos o más opciones, tomando decisiones. ¿Cuándo utilizas la libertad? Cuando decides y eliges una opción u otra.
¿Y para qué la libertad?
Para elegir, y elegir bien.
Si no eres libre no puedes elegir, otros eligen por ti. Quizás creas que estás eligiendo, pero es una vana ilusión. No eliges por ti, eliges por otro. ¿Por quién?.
Si has hecho del dinero tu dueño y señor, tus decisiones vendrán marcadas con el signo del máximo beneficio, sin importar a quien dejes por el camino, si explotas a alguien, si robas... Si tu cerebro es una especie de glande, tu elección pasará por lo que te proporcione el orgasmo más placentero. No te importará de quien te aproveches, ni la pornografía, incluso la prostitución... Si tu objetivo es el prestigio, hasta que no optes al mayor reconocimiento no pararás. Da igual si tienes que calumniar a otros, si has de mentir... Si es la eterna juventud, seguramente destrozarás tu cuerpo con operaciones y falsos medicamentos. Si eres un esclavo de los afectos, seguramente estarás viviendo la vida de otro, tomando las decisiones que a los otros les gustaría que tomaras y sin tomar las que tú querrías tomar si... si fueras libre.
Por tanto, es perentoria la necesidad de la libertad.
Y aquí va la cuestión fundamental:
¿Cómo ser libre?
Te dejo que lo pienses.
En unos días te diré cómo yo busco la libertad.