En el siglo pasado aparecieron diversas ideologías que dejaban de lado a Dios de una forma clara, negando al hombre la posibilidad de llegar a Dios, cerrando el cielo al hombre, anulando la trascendencia e intentando crear aquí el paraíso... y así les salió. Por una lado el paraíso nazi, con el exterminio del pueblo judío y de otras tantas minorías étnicas, gentes de los países invadidos, opositores al régimen, víctimas de la Segunda Guerra Mundial, etc.,no hace falta abundar en ello pues todos lo conocemos.
Por otro lado el paraíso del comunismo con Stalin a la cabeza: más campos de concentración y gulags, ejecución de presos opositores, desplazamientos forzosos, hambrunas provocadas para acabar con grupos y poblaciones irredentas o díscolas y para doblegar a las gentes y acabar con los restos de los desplazamientos forzados, y como no, las víctimas de la revolución bolchevique, y las guerras provocadas por el expansionismo imperialista soviético. En fin, otra joyita de la humanidad.
Solamente sumando las víctimas provocadas por estas dos ideologías, seguramente y quedándome corto -siempre es mejor no exagerar- estaríamos hablando de más, con seguridad muchísimo más, de 60 millones de personas muertas por estas filosofías que niegan a Dios. Y ello, contando tan solo estos dos ejemplos (dejamos fuera la primera guerra mundial, la revolución francesa y tantísimas otras guerras que en la historia han sido). Es verdad que a lo largo de ésta, los cristianos han cometido tropelías, pero las menos de las veces llevados por celo religioso y las más de las veces utilizada la fe de la gente por y para bien de los que ostentaban el poder temporal es decir reyes, príncipes, nobles, y quizás algún papa, etc., es decir que tampoco serían éstas, como se nos quiere hacer creer, guerras de religión.
Por tanto, ya vemos que el tan manido tema de los muertos causados por las religiones, no resiste ni el más mínimo análisis, o mejor, acercamiento, como éste, sencillo y sin pretensiones.
Como es habitual, la realidad es clara y manifiesta.
La propaganda aunque insistente y machacona suele ser burda y mentirosa a poco que la mires de cerca.
Don't be silly.
Ánimo.
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