Tic tac.
Nada nuevo hay aquí abajo a no ser la forma de comunicarnos, pero eso no altera la esencia de nuestro ser.
Ser que vive, que bate sus palmas para significar aprobación, que arruga la nariz para mostrar rechazo.
Ser que animado por su alma recurre al abrazo para no estar solo. Ser que quiere amar. Ser que quiere ser amado. Ser que para conseguirlo está dispuesto a hacer cualquier cosa, aún sin saberlo. Algunos nunca quieren decir no para así complacer a todo el mundo, otros quieren seducir a todas las mujeres que puedan para así sentirse queridos, otros quieren tener dinero suficiente para comprar cualquier cosa, para así comprar, sin percatarse, el amor de los que les rodean, otros quieren presidir un gobierno para así ser merecedores del amor de los ciudadanos, otros ser los mejores de la clase para que sus papis les adoren todavía un poquito más, otros quieren ser los científicos más notables para ser admirados y queridos por todo el mundo, otros quieren ser los artistas más afamados para poder esparcir su semilla a lo ancho y largo del orbe.
En fin, no se dan cuenta, corrijo, no nos damos cuenta que el amor no se compra, no pide nada a cambio, el amor no puede ir contra su propia naturaleza que es amar. El amor siempre ama, porque el amor, el amor es Dios.
No sé qué decir sobre el paso del tiempo esta noche, pero del amor sí, hasta donde alcanzan las palabras, después las lágrimas, después el corazón, de par en par.
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