Importa una cosa, sobre las demás, un misterio inescrutable, una dicha, una noticia que espera, que ansía tu corazón tanto como el mío.
Dios te ama.
Te ama tal y como eres.
Para quererte Dios, no tienes que cambiar, él te ama así ya.
-Insondable-.
¿Eres un miserable?, alégrate, Dios te ama.
¿Eres un criminal?, Dios te ama.
¿Qué has hecho hoy? Sólo tu lo sabes. Dios también, y te digo que te ama.
¿Sabes por qué lo sé?
Porque me ama a mí también.
Y así, todo se recapitula en Cristo. Todo a la luz de Cristo toma un cariz distinto: el real.
Él, primero, después, todo queda en su lugar. Todo va cobrando sentido. Todo tenía una función, que no es otra que te acercaras a él, básicamente.
Dios te quiere y además quiere, le gustaría, que viviésemos como hijos suyos.
Buscad a Dios mientras se deja encontrar.
Levántate, sal de esa cueva inmunda (me lo digo a mí) y vive.
Dos caminos se presentan ante ti todos los días, incluso a cada momento: el camino de la vida y el camino de la muerte. Elige vida y vivirás.
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