ANDABA yo la semana pasada en unas jornadas sobre el presente y futuro de la pesca en el Mediterráneo organizado por una universidad de Valencia, cuando unos pescadores de pez espada se quejaron en el turno de preguntas: “Si pescamos un pez espada involuntariamente porque no tenemos licencia, y no lo devolvemos a la mar, si nos pillan, nos multan con 10.000,00 euros”.
Hasta ahí, todo nos parece lógico, normal.
Pero deja de ser normal lo lógico cuando lo enfrentas a lo ilógico: Espero un hijo, pero no lo quiero. ¿Qué hago?. Lo mato. Pero… ¿puedo matarlo?. Pues claro, puedes matarlo y, además, tienes derecho a que te lo maten gratis en los hospitales de la Seguridad Social. Eso sí, pero después para celebrarlo no pesques un pez espada que te multarán con 10.000,00 euros.
Sí, en nuestras universidades públicas y en muchas privadas, a los alumnos de medicina se les va a enseñar cómo matar niños dentro de sus madres.
Yo, prefiero pescar, ¿y tú?.
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