NO hace mucho tiempo, allá por 1987, un autor muy conocido ya entonces y aún ahora, compuso una canción en la que una parte del estribillo decía: “no puede haber nadie en este mundo tan feliz…”
Trataba de una pareja de novios con deficiencias físicas y psíquicas. Se querían, se amaban. No podía haber nadie en este mundo más feliz que ellos.
¿Qué cambió de repente para que millones de españoles pasasen de pensar esto a pensar que hay que eliminar a los deficientes antes de que nazcan porque van a vivir, según esta gente, una vida de no felicidad? ¿Qué tipo de consigna seguirán?¿Habrán leído todos ellos el “Mein Kampf”, cuyo autor es el mismísimo A. Hitler,? ¿Te acuerdas?, el de la solución final. Vidas indignas de ser vividas.
Se les puede matar por su bien, porque tendrían una vida indigna, sin felicidad, dependiendo de los demás (básicamente de los que les llevan a la sala de la muerte, su particular cámara de gas).
¿No se dan cuenta? ¿Qué estamos haciendo? ¿Donde están los F18 para parar estas muertes de inocentes?.
Basta ya de tantas gilipolleces.