Acerca de "Derrotas y victorias"

EL origen es la causa de todo. El origen es el amor. Amor, que eterno, lo tenía todo pensado. A ti, a mí, al ornitorrinco, al paramecio, a las habas, incluso a las lechugas, sí. (Sólo enumero, no equiparo). El amor... el amor es Dios.

Este espacio está dedicado a las derrotas y victorias del amor, en sus múltiples facetas: amor divino, amor afectivo, amor al conocimiento, a la razón, a la verdad, a los peces de colores.

De cuándo ha perdido el amor y de cuándo ha ganado.

domingo, 27 de marzo de 2011

No puede haber nadie en este mundo tan feliz…

NO hace mucho tiempo, allá por 1987, un autor muy conocido ya entonces y aún ahora, compuso una canción en la que una parte del estribillo decía: “no puede haber nadie en este mundo tan feliz…”

Trataba de una pareja de novios con deficiencias físicas y psíquicas. Se querían, se amaban. No podía haber nadie en este mundo más feliz que ellos.

¿Qué cambió de repente para que millones de españoles pasasen de pensar esto a pensar que hay que eliminar a los deficientes antes de que nazcan porque van a vivir, según esta gente, una vida de no felicidad? ¿Qué tipo de consigna seguirán?¿Habrán leído todos ellos el “Mein Kampf”, cuyo autor es el mismísimo A. Hitler,? ¿Te acuerdas?, el de la solución final. Vidas indignas de ser vividas.

Se les puede matar por su bien, porque tendrían una vida indigna, sin felicidad, dependiendo de los demás (básicamente de los que les llevan a la sala de la muerte, su particular cámara de gas).

¿No se dan cuenta? ¿Qué estamos haciendo? ¿Donde están los F18 para parar estas muertes de inocentes?.

Basta ya de tantas gilipolleces.

domingo, 13 de marzo de 2011

Yermo corazón.

ANDAR y no parar. Obtuso el ángulo con el que veo la realidad. La realidad que, empecinada en los hechos me insulta y me brama y me vuelve a insultar y me dice que soy un patán por no darme cuenta y volver a repetir las estupideces vez tras vez. Cuando era joven, en aquella España tan lejana, se decía: quien no conoce su historia está condenado a repetirla. Yo, conocedor de la mía, no dejo de repetirla, caigo y caigo y vuelvo a caer. Me levanto, me levanto y me vuelvo a levantar. Conozco mi historia, mis hechos, pero podría decirse que desconozco el mal que me hacen, ya que esta  tendencia a la repetición absurda, además de ser lamentable, daña mi alma, mi espíritu, el yermo de mi corazón, despoblado, árido, páramo estéril que no conduce a ningún sitio, ni a ningún lugar.

Viejo lamento el que me toca escuchar cada noche, cada vez que se apagan las luces y mi mirada se torna hacia mí, hacia mi interior caleb 2para descubrir un vacio, un centro de gravedad que a duras penas  deja nada fuera, y nada dentro, que cual agujero negro todo lo  absorbe, todo lo niega, pues lo que es deja de existir al adentrarse en él.

¿Dónde están los panales? ¿Dónde las ubres?. Dunas. Dunas, ¡si al menos estuvieran vivas, algo vivo habría!.

Se acercan las tormentas ¿qué lloverán?.