Acerca de "Derrotas y victorias"

EL origen es la causa de todo. El origen es el amor. Amor, que eterno, lo tenía todo pensado. A ti, a mí, al ornitorrinco, al paramecio, a las habas, incluso a las lechugas, sí. (Sólo enumero, no equiparo). El amor... el amor es Dios.

Este espacio está dedicado a las derrotas y victorias del amor, en sus múltiples facetas: amor divino, amor afectivo, amor al conocimiento, a la razón, a la verdad, a los peces de colores.

De cuándo ha perdido el amor y de cuándo ha ganado.

lunes, 28 de diciembre de 2009

Día de los Santos Inocentes.

Día de los Santos Inocentes. 
Año primero.
Herodes temía al niño y mandó matarlo.

Día de los Santos Inocentes.
Año 2009.
Algunas madres temen al hijo que viene. Temen que les eche la vida a perder. Temen quedarse sin dinero, sin trabajo, sin amigas, sin amante, sin padres. Temen morir.
Mandan matarlos.
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Los poderes públicos las apoyan convirtiendo este mandato en derecho.
Surge un gran negocio alrededor.

Yo me quiero ir a Malta...
allí aún quieren a los niños.

sábado, 26 de diciembre de 2009

La mujer y la inteligencia humana.

DANDO como razonable la teoría de la evolución en principio definida por Darwin y desarrollada a lo largo de los años transcurridos desde su enunciación hasta el presente, me gustaría señalar el papel importantísimo que ha tenido la mujer en el desarrollo de la inteligencia en el Homo sapiens (es decir en los humanos tal y como somos hoy en día).

"¿Por qué?" me preguntarán algunos, y yo les voy a contestar.
Las hembras en las especies son las que determinan -porque lo elijen- el macho que las va a cubrir, es decir seleccionan el ADN que quieren combinar con el suyo propio (esto lo hacen sin saber qué están haciendo, al menos hasta ahora). En nosotros, los humanos, sucede tal cual.
¿Qué seleccionan las hembras?.
Seleccionan al macho mejor capacitado para la supervivencia de su prole. 
En esta categoría habría que destacar la fortaleza física del macho que le aseguraría, por ejemplo, protección durante el embarazo y, también después de éste, la seguridad de los hijos. La potencialidad de aportar alimentos, la destreza en la fabricación de utensilios, en la localización de refugios, en la previsión del futuro, etc. Es decir, la hembra, la mujer, iría seleccionando al hombre con el cual iba a unirse según reuniese estas y otras capacidades que le asegurasen que su descendencia sería lo más exitosa posible.
Por tanto es facil imaginar el proceso selectivo a lo largo de muchos miles de años, ya que estamos hablando de la especie de la cual se originó el Homo sapiens, nosotros, que según los registros fósiles estamos aquí desde hace unos 200.000 años. 
Los machos capaces de realizar mejor las características enumeradas anteriomente serían los que transmitirían su ADN a la siguiente generación. 
¿Y quién tendría mayor capacidad de realizar ésto?.
La respuesta es sencilla, el más inteligente entre los machos contendientes para aparearse con una determinada hembra es el que tendría mayor éxito (ya que sería el macho que sabe cazar mejor, que sabe elegir, que discierne entre una u otra estrategia para lo que sea, bien emprender una ruta, bien elaborar un plan, construir refugios, etc..., o bien que sabe qué hacer para que la hembra lo elija).
Luego esta capacidad de inteligencia se iría transmitiendo a las nuevas generaciones, así hasta obtener un ser, el Homo sapiens, bien diferenciado del anterior ancestro, e inteligente, debido a la selección que realizó el sexo femenino sobre el masculino, que provocó que cada vez las hembras fueran más inteligentes y que a la vez buscaran al macho más inteligente con el cual aparearse.

Por lo tanto, ¡gracias chicas!.

O quizás no, ya que el tributo que hemos de pagar por la inteligencia es el miedo por el futuro, la necesidad de pensar que va a ser de nosotros mañana (que comeré, que beberé, con que me vestiré...), pero en fin, esto sería otro cantar...

See you.
Merry Christmas.

jueves, 24 de diciembre de 2009

Navidad

ESTA noche nace Jesús. Deja que Cristo crezca en tu corazón.

«Jesús le respondió:
"Yo soy la resurrección.
El que cree en mí, aunque muera, vivirá:
y todo el que vive y cree en mí,
no morirá jamás.
¿Crees esto?"»
       Jn 11,25s

Feliz Navidad.
Ven Señor Jesús.

martes, 8 de diciembre de 2009

Idealización de la naturaleza.


Quería hacer algunos comentarios acerca de la naturaleza. Vaya por delante que a mí me encanta. Soy biólogo, fui ecologista cuando cuando muy pocos lo eran... disfruto de lo que llamamos naturaleza, pero, cada cosa en su sitio.

En primer lugar está esa extraña costumbre que desde hace años se ha instalado en el lenguaje de casi todos, que es dar el título de madre a la naturaleza, es decir la madre naturaleza. Éste es un lenguaje que me parece más de druidas que de científicos. Si hablamos de ella como madre quiere decir que nosotros somos sus hijos. En fin, yo no.

Idealizamos el comportamiento de los otros seres vivos, pensando que en él no están presentes características que tenemos por malas (y que en realidad son bastante perjudiciales, como poco) en las personas, por ejemplo el egoísmo, la violencia, la dominación o la preeminencia de unos sobre otros, etc.


Incluso en el lenguaje publicitario se utiliza la palabra "natural" como algo que no puede ser, que es imposible que sea dañino. Estamos cansados de oír que tal producto es sano o inofensivo porque es cien por cien natural, en fin, como también, habría que añadir, lo es el cianuro, el veneno de las serpientes o un terremoto. Nos machacan con chorradas por el estilo a diario. Quiero decir, que algo sea natural no es sinónimo de seguro o sano o inofensivo. Bien.

Parece que en la naturaleza no mueren los débiles, que todos son vegetarianos o mejor, macrobióticos (nadie piensa en las pobrecitas plantitas: si te comes una lechuga ¡la estás matando! eres un burdo asesino).

Pues te voy a decir que en la naturaleza, en la búsqueda del alimento está todo permitido. Ningún animal se anda con chinitas. Hace lo que sea necesario para llevarse su comida y no compartirla con nadie, a no ser que sea en su propio interés, por ejemplo para mantener su estatus dentro de una manada, o para pasar sus genes a la siguiente generación, es decir para aparearse o para otros fines igualmente poco altruistas. Porque para poder ser altruista, entre otras cosas, debes poder ponerte en la situación del otro y poder comprenderlo, y eso a simple vista me parece que para los animales es bastante difícil (no digamos para las plantas).


¡Ah las plantas!. Las plantas viven una lucha encarnizada por el espacio, por su terruño, por el sol. Si es necesario asfixian a la planta vecina para que no les quiten su posición, o la envenenan. No tienen misericordia ni la conocen para con otras plantas si está en cuestión su supervivencia y, claro, si pueden hacer algo al respecto.

Los corales se atacan los unos a los otros por la posesión del espacio. Todos los animales practican el sistema de castas que nuestros admirados y autoproclamados como superiores orientales aún hoy mantienen vigente. Hay una jerarquización absoluta en la mayoría de comportamientos animales.
En fin, otro día seguiremos añadiendo a la lista ejemplos de esa naturaleza ideal que algunos pretenden hacernos creer como real.

Todo esto lo señalo porque hay gente empeñada en colocar al hombre, al ser humano, como un ser depravado que solo busca la destrucción del planeta, intentando presentar al hombre como un ser inferior al resto de los seres, eliminando la dignidad de las personas, y equiparándolas como mucho al resto de los seres. Estos no suelen fijarse nunca en el aborto cuando hablan de desastres, de carnicerías. No, eso no, eso es salud reproductiva. Ya. En fin.


Abre la ventana, respira, mira las estrellas, la luna, las nubes, el universo. Precioso ¿verdad?. Todo está hecho para ti y para mí, todo está hecho por amor.


viernes, 4 de diciembre de 2009

La que se nos viene encima...

EN medio de la maraña de acontecimientos que estamos viviendo, se va perfilando lo que podemos esperar de la futura ley de libertad religiosa.

Recuerdo que en este último verano le escuché decir a alguien (exactamente no recuerdo quién era, pero si jurase juraría que fue el presidente del gobierno o alguno de sus ministros), que era necesario regular el hecho religioso haciendo hincapié en los derechos de los no creyentes.
Y he aquí, en esta última frase (los derechos de los no creyentes)  donde me parece que va a estar el meollo de la cuestión. Claro. No podemos ofender a los no creyentes con los ruidos de nuestras campanas, ni cortando el tráfico con nuestras procesiones, ni mostrando cruces en las fachadas de los templos ¡qué horror!..., en fin, pon lo que quieras y suma y sigue.

Esa es mi percepción de lo que va a ocurrir. Tengo, diríamos, esa intuición; que va a ser una defensa entrecomillas de los derechos de los no creyentes más que de la libertad y el derecho a tener tus propias creencias y manifestarlas públicamente o privadamente o como te de la gana, porque para qué si no nombrar a los no creyentes cuando vamos a tratar de las religiones. 
El motivo podemos verlo anunciado ya en el Apocalipsis:

Entonces despechado contra la Mujer, se fue a hacer la guerra al
resto de sus hijos, los que guardan los mandamientos de Dios y mantienen
el testimonio de Jesús.
                          Apocalipsis 12, 17. 

Esos, al menos en teoría, somos nosotros.

Es una pena, pero seguramente (y si nos gloriamos, gloriémonos en el Señor), algo estaremos haciendo bien cuando ya no pueden soportarnos y pretenden ocultarnos a la vista del mundo.

Tiempos duros. Tiempos de testimonio. Tiempos de gracia. Todo acontece para bien de los que le aman.

Maran-athá.

martes, 1 de diciembre de 2009

Ciencia de la vida y ciencia de la muerte

RECUERDO mis años jóvenes en la facultad. La biología estaba atenta a la nueva disciplina que ya estaba creando una auténtica rama dentro de los estudios de la vida. Esta nueva materia orbitaba en torno al ADN y los nuevos descubrimientos acerca de como se duplicaba, de cómo se transcribía y de cómo se traducía. De cómo se expresaba, de cómo se regula... en fin, de un montón de cosas que se englobaron bajo la denominación de biología molecular.

Algunos amigos y yo (que siempre había querido estudiar biología marina), nos decantamos por esta opción que nos parecía la nueva frontera de la ciencia. La posibilidad de descubrir cómo funcionaban las células, de cómo una serie de cuatro moléculas ordenadas, es decir, no al azar, guardaban la información de cada ser vivo y además, eran capaces de expresarla de tal forma que a partir de una célula fecundada podían producir un ser adulto completo. Nos fascinaba. De hecho, yo creo que aún nos fascina, porque solo se ha hecho nada más que empezar, aunque parezca que ya se sabe todo al respecto.
Éramos románticos de la biología. Pensábamos que con unos cuantos virus y con un gen sin mutar se podría sustituir el gen mutado en el enfermo y así podríamos curar el cáncer en un santiamén. O hacer frutas resistentes a la sal, o a la falta de agua y poder así cultivarlas en zonas deprimidas y poder acabar con el hambre en el mundo.
También por supuesto pensábamos que podríamos vivir con holgura dedicándonos a ello.
Tiempos de juventud.
Los biólogos estudiábamos la vida.
Yo vivo en Valencia, arriba de un instituto muy importante, el I.V.I., lleno de biólogos dedicados a sacrificar embriones humanos. Se han puesto la bata de tanatos, son los tanatólogos. Los que estudian la muerte. Empeñados en obtener células madre a partir de embriones en lugar de trabajar con células madre adultas, que es donde está en realidad la gran posibilidad para poder ayudar, ya que trabajando con las células madre obtenidas de cada paciente para utilizarlas sobre él mismo, se evitaría todo rechazo.
Pero me parece que esto no es rentable para estos científicos de hoy en día.
Es más provechoso tener líneas de células madre embrionarias que ellos han obtenido de humanos cercenados en desarrollo y poder venderlas a quién las necesite, amasando así una cantidad de dinero nada desdeñable, amén de todos los cuadros de rechazos y demás complicaciones que aparecen cuando se aplican células extrañas a un organismo.
Se han reunido en sus consejos de administración y han decidido que los humanos no somos humanos hasta que a ellos no les de la gana  que seamos humanos. Y lo han conseguido. Lo han dicho y la mayoría de gente les ha creído. Es por el bien de las personas, es para curar enfermedades. No te dicen que es para salvar vidas a costa de otras vidas, no. Eso queda un poco feo. Consensuamos que los embriones no son nada y "chimpúm", por arte de magia somos los salvadores de la humanidad, salvamos vidas.
En Europa hemos cerrado los ojos ante lo que no nos interesa, hemos cerrado el corazón a lo que implique un poquito de salir de nosotros mismos. Europa está muerta. Somos un conjunto de naciones cobardes. Que nadie nos moleste, que nadie me haga levantar de mi sillón orejero, que nadie me haga apartar la vista de mi televisor.

 "Dijo Isaías: «Oíd, pues, casa de David: ¿Os parece poco cansar a los hombres, que cansáis también a mi Dios?
 Pues bien, el Señor mismo va a daros una señal: He aquí que una doncella está encinta y va a dar a luz un hijo, y le pondrá por nombre Emmanuel."  Is 7, 13s.
Ya lo dijo el Señor por medio de Isaías hace unos dos mil setecientos y pico años, y sigue sirviéndonos a nosotros: "sois un poquito cansinos".
Maran-athá.