Hoy paseando por las calles de Valencia, tan tranquilo, volviendo del trabajo a mi casa (home sweet home), me he parado en un kiosco a comprar un par de peonzas para mis hijos. Y en esto, esperando mi turno, zas, una imagen de una mujer mostrando su, en verdad nada desdeñable, cuerpo, ¡vaya!. Al lado dos como la anterior pero haciendo ciertas cosas que por pudor, y porque la carne es débil y a saber en que puede quedar todo esto, no voy a contar. Bien, al lado de estas revistas toda una colección de portadas del mismo talante.
Y lo peor es que esto se repite en casi cualquier kiosco de Valencia o de cualquier otro lugar de España en el que he estado.
Now I wonder, ahora yo me pregunto:
¿por qué un ciudadano debe estar expuesto a esta brutalidad, a esta expresión de la explotación del hombre por el hombre llevado a uno de sus grados más indignantes?. Pero aún más, ¿por qué nadie protege a nuestros niños de este espectáculo, de esta confusión, de este machismo absoluto?.
¿Por qué las feministas callan? Recuerdo que en España toda la progresía se jactaba y alegraba de que la pornografía llegase aquí. ¡Es un signo de libertad! Feministas incluidas, viendo como se exalta a la mujer como objeto follable desde cualquier ángulo y por cualquier número de machos. ¡No, eso no importa!. Eso es libertad. Libertad es que a nuestro hijos les deformen la imagen de la mujer y del hombre, y de la sexualidad, haciendo que nos veamos todos como objetos sexuales de usar y tirar, y que esta deformación impida el amor, ya que todo es para gratificarse uno mismo, sin importar el otro, ya que este tan solo es un objeto para mi satisfacción.
Y ¿qué me dices del noble gremio de los kiosqueros, que por un puñado de monedas han venido a ser el último eslabón del sucio y mafioso negocio de la pornografía?. Se han convertido en pervertidores de menores, pues en sus negocios tienen a la vista toda suerte de revistas con sus portadas, sin importarles que cualquier niño de cualquier edad pueda verlas.
En Valencia, para más INRI tenemos a una alcaldesa, (cuando vino el Papa obligó a los kiosqueros a quitar todo esto, luego si que es consciente del asunto). Le importa tres pepinos. En el gobierno nacional del ínclito Zapatero tenemos a no sé cuantas ministras, todas por la igualdad, por acabar con el machismo, etc etc etc. ¡Mec!, mentira. En realidad tan solo preocupadas por que las mujeres (incluso menores de edad) puedan llevar a matar a sus hijos aún dentro de su vientre. El resto les importa menos que un bledo, como diría un amigo mío, menos que una mierda. (I’m so sorry for that)
Recuerdo en los Estados Unidos, todo este material se vende en tiendas para adultos, y envuelto en sobres de papel que impiden ver el contenido. Allí las feministas por lo menos sí que se dieron cuenta de la explotación de la mujer a manos de los bárbaros que dirigen el negocio pornográfico y de que eso no puede ser expuesto en la vía pública. Otro ejemplo de gente inteligente en Colombia.
Yo te diría que no tengo objeción de que los mayores de edad hagan lo que quieran, porque no la tengo, pero protejamos a los niños de esa mentira que es la pornografía.
En fin, y nosotros, ¿qué hacemos nosotros?.
Participar de todo esto sin decir ni pío, escondidos en las trincheras.
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