El origen es la causa de todo. El origen es el amor. Amor, que eterno, lo tenía todo pensado. El amor... el amor es Dios.
Acerca de "Derrotas y victorias"
viernes, 22 de junio de 2012
Naturaleza, hermosa o no, naturaleza.
viernes, 8 de junio de 2012
Evolution: no more. (No más evolución).
Selección natural |
Desde el que lleva la lanza sólo hemos cambiado de herramienta. |
domingo, 8 de abril de 2012
Y después de la Pascua ¿qué?
viernes, 2 de marzo de 2012
Vísperas de algo.
CUANDO todo es como nada. Cuando vivir es morir. Aún cuando no hay esperanza, detente, espera, espera un poquito más.
¿Quién sabe?. Espera, espera un poquito más.
viernes, 17 de febrero de 2012
Entonces, ¿qué quiere decir "confía en Dios"?
Entonces, ¿qué quiere decir confía en Dios? Vaya por delante que para Dios nada hay imposible, lo que pasa es que normalmente no va a alterar el orden de las cosas para arreglarte tu problema, ni va a quebrar la libertad de nadie para hacer que te quiera o que le caigas fenomenal. Normalmente no pasa esto. No suele ocurrir así.
Entonces, ¿qué quiere decir confía en Dios? Imagínate a San Pedro camino del martirio, o a tantos otros cristianos camino del martirio. Los demás animándolos: confiad en el Señor, confiad y no quedaréis defraudados. Si ellos pensasen que si confiaban en el Señor, Dios les salvaría del tormento, ¡vaya chasco se llevarían! Pues ellos confiaron, ¡y mira si confiaron! Y el Señor no impidió su martirio.
viernes, 10 de febrero de 2012
Mi buena estrella.
viernes, 3 de febrero de 2012
Vida. Crónica nocturna.
PERTINAZ sequía del alma, que busca refugio fuera del desierto y, ¿qué encuentra?. ¿Adonde iría si no tuviera que volver?. ¿Cuáles serían mis pasos si...? Pero he de volver, quiero volver. Volver donde se combate, donde la vida se abre camino a pesar de todo. Donde vivir es morir un poco cada día, pero es vivir.
¿Quién teme a la verdad?. La verdad puede herirte, puede hacerte daño, pero es la verdad, y es lo que es. Es lo que hay. Cuanto antes te hagas a ella, mejor para ti.
Vida. Crónica.
Estoy cuidando un examen de la asignatura de Bioindicadores. Hay pocos alumnos. Dos chicas, repetidoras, y dos chicos, de este año. Es una asignatura optativa. Es muy difícil que copien, son cuatro, cuatro gatos, por lo que puedo escribir un poco.
Hay menos alumnos de los que son porque hace tan sólo tres días fue el entierro de una de sus compañeras. Murió en un accidente de tráfico. Dicen que ha afectado al grupo. Lo creo.
La muerte siempre que se presenta no deja indiferente al ser humano. Es posible que sea una de las características propias de él. La consciencia de la muerte, que condiciona la vida humana. Incluso San Pablo dirá por el miedo que tenemos a la muerte vivimos sometidos a la esclavitud del pecado ya que queremos evitar incluso la sensación anímica de la muerte. Pero volvamos a donde estábamos. Esa consciencia de la inevitabilidad de la muerte corroe la existencia humana. Tenemos un final. Y no lo parece. Y por no parecerlo, cuando la muerte se presenta en nuestra vida, como en la de estos estudiantes, bueno, y en la de toda la universidad, no te deja indiferente. Y tú, de alguna manera, dialogas con ella, pero a la segunda frase quieres huir. Escapas de ti mismo, de tu realidad. No puedes creer, o quizás mejor, pensar, que tú tengas un final. Porque creer lo crees, es indudable que somos finitos, pero pensarlo, amiguito, eso es otra cosa.
Y te puede ir bien, y te puede ir mal, y te puede ir fatal, pero de la muerte, que podía ser una salida a tanto sinsabor, ni hablar.
Y yo me pregunto, ¿Qué tendrá este valle de lágrimas que todos están jodidos pero nadie quiere morirse?.
Yo, particularmente, creo en la vida eterna, la vida no es sólo ésta ni esto, hay más, pero eso de morirme... ¿Y sí duele?.
lunes, 23 de enero de 2012
¿Qué hay del perdón?
Ya es un atrevimiento ponerme a escribir, intentando hacerme comprender, pero en fin. Todo por el perdón.
Perdonar. No tener en cuenta la ofensa o falta que otro ha cometido.
¿Pasar página o hacer un punto y aparte?
La mayoría de los problemas de la gente se solucionarían perdonando. Si no perdonas, te quedas habitando el pasado, rememorando constantemente el hecho o el momento en que alguien te ofendió o cometió una injusticia sobre ti. Si no perdonas, una especie de pócima ponzoñosa te va arrebatando el corazón y, transportada por la sangre, te va impregnando todo tu cuerpo y te envejece. Te quedas en el pasado y te haces viejo allí, reconcomiéndote el pensamiento buscando la forma en que quien te ofendió pague su delito, ¡porque te lo tiene que pagar!. Si no perdonas, un ansia recorre tu alma y transforma tu alegría en tristeza, tu dulzura, en el sabor amargo que recuerda a la muerte, porque te haces vecina de ella, envejeciendo en el rencor, y te ronda. Y... ¿dónde está el amor? Sólo quieres que pasar página y no puedes. Pasar página y no ver más a quien te hirió, a quien no cumplió tus expectativas. Quieres matar en tu corazón al otro y pasar página olvidándolo para siempre y así volver a vivir.
Incluso las victimas esperan la ejecución de la condena del verdugo para pasar página y volver a vivir, pero, quizás puedan conseguir vivir sin miedo, pero hasta que no perdonen se quedarán anclados en el pasado, atados al día en que padecieron el delito, perdiendo su vida por no perdonar... y es comprensible.
Pero, ¿y si perdonas? ¿Te lo has planteado alguna vez? ¿Y si no tienes en cuenta la ofensa que te han hecho? Olvidarías aquel día, ni te acordarías. Evolucionarías, crecerías. Desterrarías el odio de tu casa. Tu corazón resplandecería de alegría, como antes, como solía ser. No tendrías que pasar página, comenzar de nuevo. Sólo un punto y aparte o incluso un punto y seguido. No ahogarías el amor asfixiándolo, ocultándolo hasta no poder volver a encontrarlo. Ama y perdona, vive.
¿Cómo prefieres vivir? Como siempre, en esta vida -he ahí tu libertad-, tienes que elegir. Yo ya sé lo que quiero elegir.
Fin de la primera reflexión acerca del perdón.