Bien, hasta ahí podría estar claro el asunto.
Pero, introduzcamos ahora un punto para el debate.
Yo creo en la vida eterna, por tanto, surge una cuestión de indudable importancia, y es ¿qué ocurre una vez que uno ha muerto, me refiero en cuanto a la memoria, entendida ésta como el conjunto de recuerdos de tus experiencias, de los acontecimientos de tu historia, de las personas que has conocido, de los sentimientos que has tenido, que ocurre con tu propia identidad, tu yo...?.
Si atendemos a lo que hemos expuesto al inicio de este artículo, es decir a que existe una base física para la memoria, al morir el cuerpo y con él el cerebro, toda la memoria desaparecería con él. Por lo que te quedarías como una ameba, sin pies ni cabeza, sin recuerdos, sin saber quién eres tú, sin conocer nada, y te presentarías ante Dios sin saber ni siquiera ante quién estás. Incluso poniéndonos escatológicos, el juicio no tendría sentido ya que no sabríamos de qué actos ni de qué amor se nos juzga.
Falta algo, obviamente hay una parte física, de ahí la enfermedad de alzheimer y otras.
Bien. Como la ciencia es, podríamos decir, el estudio para el conocimiento de la creación de Dios, no debería haber contradicción entre la ciencia y la verdad.
Bueno. Well, well, well.
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