Acerca de "Derrotas y victorias"

EL origen es la causa de todo. El origen es el amor. Amor, que eterno, lo tenía todo pensado. A ti, a mí, al ornitorrinco, al paramecio, a las habas, incluso a las lechugas, sí. (Sólo enumero, no equiparo). El amor... el amor es Dios.

Este espacio está dedicado a las derrotas y victorias del amor, en sus múltiples facetas: amor divino, amor afectivo, amor al conocimiento, a la razón, a la verdad, a los peces de colores.

De cuándo ha perdido el amor y de cuándo ha ganado.

sábado, 20 de marzo de 2010

De la vida II

SÍ me importa el origen de la vida, quién está detrás de todo ello. Quién, como decía Einstein, no jugaba a los dados cuando se inventó esta cosa que es el universo, la organización de la materia, el ir y venir de la energía, el nivel superior de organización, inteligente hasta tal punto de querer perpetuarse, la vida. (Hay que tener cuidado con el lenguaje que se utiliza, yo por ejemplo, con la frase anterior, acabo de dotar a la vida de una cualidad que obviamente no tiene, que es la inteligencia, ya que la vida en sí no es ni torpe ni inteligente, ni guapa ni fea, ni “ná” de “ná”, puesto que la vida es, podríamos decir, un fenómeno, no un individuo).

Tenemos tanta costumbre de utilizar la prosopopeya, que llegamos al absurdo, en un mundo que cada vez deshumaniza más a los humanos y humaniza más a las cosas.

Cosificar a las personas, personificar las cosas, valiente asunto.

Los humanos divagamos, las piedras no.

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